Hoy en día las contraseñas que elijas será la que resguarde tu confidencialidad de los datos y esto es uno de los objetivos principales de la seguridad en nuestras redes sociales, cuentas de correo electrónico, y pues hasta el smartphone que utilizamos, y siempre está el riesgo de que descubran la contraseña y pues tu información quede expuesta para ser mal usada.
El problema principal de la seguridad radica en el empleo de contraseñas débiles, y esto no es siempre culpa de nosotros, sino que nadie, jamás , nunca en la vida nos enseñaron a crear contraseñas, y también siempre está esa frase que nos ronda por la cabeza “ y si la olvido” , por eso creamos contraseñas fáciles de recordar pero que son muy vulnerables.
La mejor solución ante ello es el empleo de contraseñas robustas que otorguen un grado de seguridad más elevado para la protección de la información.
Vía:Portavox
El material es 100 veces más ligera que la styro espuma pero tan rígida como el metal, lo que quiere decir que tendrá muchas aplicaciones.
Microlattice fue inspirada por la estructura de nuestros huesos, que son muy rígidos afuera pero principalmente vacío por dentro, lo que quiere decir que no pueden ser aplastados fácilmente, pero son lo suficientemente ligeros para sostenernos durante todo el día.
El nuevo metal de Boeing imita esto, y a pesar de su exterior rígido, tiene una estructura de polímero de celdas abiertas tridimensionales, es decir que es 99.99% aire.
El enrejado en el metal esta conformado de tubos metálicos vacíos interconectados – construidos de níquel, en el caso del prototipo. Cada uno de estos tubos tiene una pared de sólo 100 nanometros de grueso – 1,000 veces más delgado que el cabello humano.
Las celdas abierta en la estructura dan a la microrretícula un potencial de compresión enorme, por lo que es capaz de absorber una gran cantidad de energía.
El material podría ser utilizado para construir aviones que sean significativamente más ligeros, pero tan resistentes, como los modelos actuales. Haciendo que los aeroplanos utilicen menos combustible.
Vía: MuyInteresante.Com
Seguramente hemos escuchado muchas veces esta aseveración. Esta cifra suena convincente, lo que nos asegura que tenemos grandes reservas de poderes mentales sin explotar.
Pero el supuesto 90% del cerebro no es un apéndice vestigial. Los cerebros son caros: se necesita una gran cantidad de energía para construir el cerebro durante el desarrollo fetal y la infancia, así como para mantenerlo en la adultez. Evolutivamente, no tendría sentido llevar el tejido cerebral más allá de sus límites. Los experimentos utilizando escaneos PET (en español: tomografía por emisión de positrones) o IRMf (Imagen por Resonancia Magnética funcional) muestran que gran parte del cerebro se activa durante tareas simples e incluso lesiones leves pueden tener profundas consecuencias para el lenguaje, la percepción sensorial, el movimiento y las emociones.
Es cierto que tenemos algunas reservas cerebrales. Los estudios de autopsia muestran que muchas personas tenían signos físicos de la enfermedad de Alzheimer (como placas amiloides entre las neuronas) en el cerebro a pesar de que no haber sufrido deterioros. Al parecer podemos perder algo de tejido cerebral y seguir funcionando bastante bien. Las personas obtienen mejores resultados en las pruebas de CI si están muy motivadas, lo cual sugiere que no siempre ejercitamos nuestra mente al 100% de su capacidad.
Todos tenemos recuerdos que se sienten tan vívidos y precisos como una foto instantánea; por lo general estos recuerdos derivan de algún episodio shockeante o algún evento dramático, como el asesinato del presidente Kennedy, el terremoto de 1985 en la ciudad de México, los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, etc. En estos casos, las personas recuerdan exactamente dónde estaban, qué se encontraban haciendo en ese momento, incluso con quién estaban, lo que vieron y/o escucharon. Sin embargo, varios experimentos han probado la memoria de las personas inmediatamente después de una tragedia y otra vez varios meses o años más tarde. Los sujetos tienden a estar seguros de que sus recuerdos son exactos y dicen que los flashazos de dichas memorias son más vivos que otros recuerdos. Por vívidos que sean o aparenten ser, con el paso del tiempo estos recuerdos sufren un desgaste, igual que otros menos traumáticos. La gente olvida los detalles importantes y agrega algunos incorrectos, sin la conciencia de que está recreando una escena confusa en su mente en vez de realizar una reproducción perfecta, fotográfica. La memoria, en mayor o menor medida, también es una invención.
Es cierto que algunas habilidades cognitivas disminuyen a medida que envejecemos. Los niños son mejores en el aprendizaje de nuevas lenguas que los adultos. Por otro lado, los adultos jóvenes son más rápidos que los adultos mayores para juzgar si dos objetos son iguales o diferentes, pueden memorizar más fácilmente una lista de palabras al azar y son más rápidos en contar hacia atrás de 7 en 7.
Sin embargo, un montón de habilidades mentales mejoran con la edad. En las personas mayores, el vocabulario comprende un espectro más amplio de palabras; también, con la edad se logran entender sutiles diferencias lingüísticas. La edad da un mejor juicio respecto a la personalidad de un extraño; se puede juzgar mejor a primera vista. Se obtienen mejores resultados en las pruebas de sabiduría social, como la forma de resolver un conflicto. Con el tiempo, las personas aprenden cada vez mejor a regular sus propias emociones y a encontrar significado en sus vidas.
Sin duda la vista, el olfato, el oído, el gusto y el tacto son los grandes, pero tenemos muchas otras maneras de sentir el mundo y nuestro lugar en él. La propiocepción, por ejemplo, nos dice cómo están posicionados nuestros cuerpos: es el sentido que informa a nuestro organismo de la posición de los músculos, la capacidad de sentir la posición relativa de partes corporales contiguas. Por otro lado, la nocicepción es el sentido que activa diversas respuestas autónomas que conducen a la experiencia del dolor en los seres vivos que tienen un sistema nervioso. La equilibriocepción (o sentido del equilibrio) se encuentra en el oído interno y es lo que nos permite, a todos los animales, caminar sin caernos.
No obstante, en comparación con otras especies, los seres humanos están perdidos. Los murciélagos y los delfines utilizan un sonar para encontrar presas; algunas aves e insectos pueden ver la luz ultravioleta; las serpientes detectar el calor de presas de sangre caliente: ratas, gatos, focas; los tiburones detectan campos eléctricos en el agua; las aves, las tortugas e incluso algunas bacterias se orientan por las líneas del campo magnético de la Tierra.
Hablamos de la velocidad de procesamiento del cerebro, su capacidad de almacenamiento, sus circuitos paralelos, entradas y salidas. La metáfora falla en casi todos los niveles: el cerebro no tiene una capacidad de memoria de ajuste que está esperando para ser llenada, no realiza cálculos en la forma en que un ordenador lo hace e, incluso, la percepción visual básica no es un receptor pasivo de insumos porque interpretamos activamente, anticipándonos y prestando atención a los diferentes elementos del entorno visual.
Hay una larga historia de comparaciones del cerebro con máquinas avanzadas de su tiempo. Por ejemplo, Descartes equiparó el cerebro a una máquina hidráulica, y Freud comparó las emociones con una máquina de vapor. Más tarde, el cerebro parecía una central telefónica y luego un circuito eléctrico, antes de evolucionar en una computadora; últimamente se está convirtiendo en un navegador Web o en Internet. Estas metáforas permanecen pues son, en realidad, clichés.
No somos receptores pasivos de la información externa que entra en nuestro cerebro a través de los órganos de los sentidos. En cambio, buscamos activamente patrones (como un perro dálmata que aparece de repente en un campo de puntos blancos y negros), giramos las escenas ambiguas para que se ajusten a nuestras expectativas (esto es un florero, esto una cara) y perdemos completamente numerosos detalles que hay alrededor. Varios experimentos famosos comprueban que nuestro cerebro no puede percibir la totalidad de la realidad, sino fragmentos.
Tenemos una capacidad limitada para prestar atención (por eso, hablar por celular mientras se conduce puede ser tan peligroso como conducir ebrio) y un montón de prejuicios acerca de lo que esperamos o queremos ver.
Nuestra percepción del mundo no está sólo hecha de observaciones objetivas; mucha de la realidad es una invención, una elección o una omisión. Incluso, una mezcla de estas tres.
Vía: PijamaSurf.Com
El ingeniero Jono Williams ha querido alejarse del ruido y el ajetreo para tener un lugar propio de paz y tranquilidad. Por eso, decidió construir una tecnológica torre en los campos verdes de Nueva Zelanda. Ésta fue levantada en un lugar deshabitado, su superficie es de metal y vidrio; además, la forma circular hace que Williams tenga una asombrosa vista panorámica del entorno.
Gracias a dispositivos de tecnología de punta, Jono puede controlar la seguridad de su torre desde su teléfono celular. De esta forma, aunque esté lejos sabrá que en su refugio todo anda bien…
En una entrevista contó que para crear el modelo se inspiró en la forma de los molinos de viento de las granjas eólicas que hay cerca de su hogar.
Él es ingeniero especializado en plástico y también diseñador gráfico, por lo tanto no tuvo problemas en llevar a cabo el proyecto. Aunque a pesar de sus conocimientos, Williams se demoró 3 años en construir su base y dedicó aproximadamente 3000 horas de trabajo en el diseño y posterior realización.
La instalación funciona con paneles solares en el techo, los cuales son capaces de proveerle de la energía que necesita.
“Mi detalle favorito es mi refrigerador dispensador de cerveza ubicado a un costado del sofá. Éste puede contener 12 cervezas heladas en el dispensador, además de enfriar 36 cervezas adicionales”.
-Jono Williams-