El uso de tecnología innovadora como los «drones» en sectores como la construcción o la agricultura, ayuda a hacer eficientes los procesos productivos y evitar pérdidas considerables, afirmó el instructor de uso de estos aparatos, Miguel Rejón Ravell.
Aclaró que aunque esta tecnología no es nueva en el mundo, pues es de uso cada vez más común en Europa y Estados Unidos, en México es relativamente nueva, pese a ello, hay una demanda creciente por los beneficios que aporta a la actividad económica y también por su uso recreativo.
Un ejemplo de su beneficio, refirió, lo pudimos apreciar en un banco de materiales, el cual tenía dificultades para medir la salida de su producción, por lo que tenían que confiar ciegamente en la cantidad de viajes que la empresa transportadora decía que realizaban y pagar por ello.
Debido a que se consideraba existían pérdidas, pues entre la cantidad movilizada y los viajes supuestamente realizados no había una concordancia, se decidió que estas mediciones las realizarán 30 brigadas de topógrafos, que cuando terminaban de medir, ya habían sido rebasados por la rapidez de las maquinarias.
«Este proceso duraba tres meses, con los drones, en una semana ya teníamos los volúmenes y la cantidad de material existente y cuánto en realidad se movilizaba, lo que permitía al cliente saber el número de viajes realizados y qué debía pagar», comentó el especialista.
Con los drones, añadió, también podemos realizar mediciones de precisión en la agricultura, por ejemplo, de presentarse una plaga, por lo general debe fumigarse con plaguicidas todo el campo, porque se desconoce si ha sido afectado en su totalidad.
Al utilizar el dron con una cámara multiespectro podemos hacer un análisis de cuál es en realidad el área de cultivo que ha sido afectada y fumigar sobre ella.
De esta manera, además de ahorrar agroquímicos, también se evita que la cosecha pudiera sufrir algún tipo de contaminación.
Otro beneficio se puede ver por ejemplo en los viñedos. Se estima que por falta de agua se pierde en promedio un 40 por ciento del producto y es la coloración de las plantas y el fruto, la que indica dónde le hace falta agua o dónde le sobra.
Un simple sobrevuelo nos puede indicar dónde tenemos que suministrar más agua, reduciéndose las pérdidas a solo un 5 por ciento, por lo que el costo de estos aparatos -unos 500 mil pesos, más el software y la capacitación para su uso- es mucho más ventajoso que perder el 40 por ciento de la cosecha.
Son muy diferentes los sectores de la economía donde pueden usarse, por ejemplo, en las minas, ayuda a calcular volúmenes o entrar a zonas de acceso restringidas para el hombre.
Alemania y Estados Unidos, abundó, son los que más han desarrollado este tipo de tecnología con fines comerciales, aunque se sabe que en México algunas universidades los han desarrollado, pero más con fines educativos.
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